Su poder antioxidante, su capacidad de hidratación y estimulación son algunos de los beneficios que trae consigo el bañarse en oro.La cosmética de lujo, ha sido la última en incorporar oro de quilates en una de sus gamas.
Desde que Cleopatra se hiciera fabricar una aparatosa máscara de oro que se ponía para dormir, hasta hoy, la ciencia ha encontrado métodos menos rupestres para aprovechar las infinitas propiedades cosméticas de este metal.Pulverizándolo, por ejemplo, ennanopartículas que las firmas incorporan a sus fórmulas. Los beneficioas son ámplios, es un poderoso antioxidante; estimula la microcirculación, lo que explica su capacidad para iluminar el cutis; hidrata y estimula la síntesis de colágeno; incorpora nutrientes minerales; presenta un efecto tensor y regenerador; refuerza los sistemas naturales de la piel, y potencia la eficacia de los activos presentes en las cremas. Todo sin generar rechazos ni alergias.Los inconvenientes… sólo uno: lo mucho que encarece los productos.
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