13.Oct.2017

 

Si hasta el año pasado la Comisión de Gemología de CIBJO había abordado el trabajo en los laboratorios desde la perspectiva de la gestión y las ‘buenas prácticas’, durante el pasado Congreso celebrado en Armenia se presentó un borrador que añadía un protocolo de análisis gemológico con procedimientos para describir gemas y perlas, incluyendo la detección de tratamientos, sintéticos e imitaciones.

Esta actualización se discutió durante el evento y las semanas posteriores hasta que en enero de este año se dio luz verde a su inclusión dentro del ‘Libro Azul de los Laboratorios Gemológicos’, que se presentará en el próximo congreso de la Organización que se celebra del 5 al 7 de noviembre en Bangkok.

Pero, ¿en qué consisten estas actualizaciones? Pues el borrador se refiere a los casos en los que determinadas gemas son sospechosas de haber recibido tratamientos para mejorar su color, pero no se ha determinado cuáles.

En este caso la nueva versión añade el apartado:

4.2.5.3 Gemas que son sospechosas, sin seguridad, de haber sido tratadas
A veces resulta difícil, sino imposible, para comerciantes o laboratorios gemológicos determinar si una piedra ha sido tratada, pero existen sospechas fundadas para creerlo. 

Ejemplos:
a) Aguamarinas tratadas con calor, tanzanitas, turmalinas… etc. 
b) Berilos irradiaros, kunzitas, turmalinas… etc.

Cuando existe la posibilidad de que la gema ha sido tratada es prudente y apropiado incluirlo en el certificado bajo el epígrafe ‘posible tratamiento’.

A modo de ejemplo, indican desde la Confederación Joyera y Gemologica, las turmalinas rosa y los topacios azules pueden ser irradiados para modificar su color. Este tratamiento es usualmente aplicado a topacios incoloros, para transformarlos en azules, pero en el caso de la turmalina rosa es más complicado de averiguar si ha existido tratamiento.

Fuente: Goldandtime.org

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