Mineral de Rubí |
La rareza de esta piedra, o, más exactamente, la dificultad de encontrar corindones del color rojo característico (con una determinada composición química) es, tal vez su principal peculiaridad.
El nombre de esta piedra deriva del latín rubens o ruber, que significa <<rojo>>. Antiguamente, en Europa, el rubí se conocía con el nombre de carbúnculo (del latín carbunculus) probablemente porque en la oscuridad lucía igual que un carbón encendido. En India era llamado ratnaraj o ratnanayaka, término que significa << señor de las gemas>>.
En la naturaleza, el rubí se encuentra en forma de cristales prismáticos alargados o ligeramente abombados por el centro, con aristas romas. Existen también ejemplares con cristales bipiramidales (con pirámides muy agudas habitualmente) o tabulares.
Cristal de Rubi en matriz de calcita |
A veces se da también en formas masivas y no bien cristalizadas. El rubí es generalmente de un color rojo vivo, llamado comercialmente <<rojo sangre de pichón>>, pero existen también ejemplares con matices pardos (poco apreciados), violeta, rosado o rojo anaranjado.
La coloración varía en función del porcentaje de cromo present en la red cristalina del mineral: 0,02% en las variedades más pálidas al 0,1% en las de color rojo intenso. Son comunes las inclusiones aciculares orientadas (constituidas por finos cristales aciculares de rutilo) que aportan a los cristales el típico fenómeno del asterismo (rubí estrellado).
El rubí es una piedra pesada y muy dura (9 en la esca de Mohs); su dureza sólo es inferior a la del diamante. Esta característica es de enorme importancia para las aplicaciones gemológicas, pues hace que la piedra sea muy duradera.
Carece de exfoliación, peo se fractura en paralelo a la base. Por lo general, es perfectamente limpio y transparente, pero en ocasiones las inclusiones e impurezas lo vuelven translúcido o semiopaco. El rubí es una gema birrefringente, que tiene un brillo vítreo o adamantino. Es infusible según la escala Kobell y no se altera con los ácidos.
Rubi en matriz de zoisita – Tanzania |
Todas estas propiedades, junto con su elevada dureza, lo hacen muy resistente a la alteración química y mecánica. Algunas variedades son fluorescentes a los rayos UV (de onda tanto larga como corta) y reflejan una luz amarilla; esta característica puede ser aprovechada también en gemología para identificar las piedras falsas o imitaciones.
Una de las características del rubí es la presencia de fluorescencia UV |
Formación del rubí
El rubí, al ser una variedad de corindón, se forma en los mismos ambientes genéticos que dicho mineral, que pueden ser de diferentes tipos. De hecho, se encuentra tanto en rocas ígneas generalmente pobres en sílice (como las sienitas), como en rocas metamórficas también hiposilícicas pero ricas en aluminio ( como mármoles, anfibolitas y algunos tipos de esquistos).
Magnificos cristales procedentes de mogok – donde proceden los mejores cristales de rubi |
Yacimientos del rubí
Los principales lugares de procedencia del rubí son la India y el sudeste asíatico. Los mejores yacimientos se encuentran en Mogok (Myanmar), explotados desde hace siglos por los reyes birmanos.
Yacimiento de rubi en el valle de mogok – donde provienen los mejores ejemplares |
Otros yacimientos de considerable interés económico son los de Sabaragamuwa y Ratnapura ( Sri Lanka), Cachemira (India), Jegdalek (en las proximidades de Kabul, Afganistán) . Haramash (Pakistán) y Tailandia, de donde proviene aproximadamente el 70% de la produccion mundial.
Cristales de rubí recuperados del yacimiento en mogok (foto: GIA) |
Aplicaciones del rubí
El rubí es la variedad preciosas del corindón que se utiliza como gema de talla de muy alta calidad. Su valor es uno de los más elevados en el mercado de las piedras preciosas, siendo equiparable al del diamante o incluso superior cuando se trata de gemas de muchos quilates y muy puras.
Bellos aretes de rubí con diamantes complementando la pieza |
El rubí ha tenido siempre una importancia considerable en la historia de la joyería. De hecho, el color rojo estuvo ligado a fuertes simbologías en todas las culturas. Sin embargo, se usaban como bastante frecuencia en lugar del rubí propiamente dicho(la variedad de corindón), granates y otras piedras rojas, como el diaspro. En estos casos, y concretamente en el diaspro, la transparencia y la intensidad cromática no eran comparables con las del rubí, pero estas piedras eran más fáciles de encontrar y menos costosas.
Las antiguas civilizaciones egipcias, griegas y romanas apenas usaron el rubí. La rareza de esta piedra, la gema más difícil de encontrar, la ha convertido en una pieza realmente rara en la joyería de todos los tiempos en la tradición occidental. Por otra parte, esa rareza ha permitido al rubí alcanzar cotizaciones altísimas en ciertas épocas.
Antiguo anillo de rubí con oro de finales del siglo XIX |
Debido a su mayor abundancia en Oriente, esta parte del mundo ha sido la más pródiga en joyas y aplicaciones artísticas del rubí. Considerado durante largo tiempo la <<gema del Oriente>> por excelencia, se usaba para adornar, puñales principescos, cubiertas de textos sagrados, sellos e insignias reales.
En lo referente al valor, la calidad cromática de la piedra desempeña un pape esencial. El color ma´s oscuro (el ya mencionado <<rojo sangre de pichón>>) típico de los ejemplares de Myanmar, es el más apreciado, mientras que los rubíes violáceos de Sri Lanka tiene un valor inferior.
Gemología
Por lo general, el rubí se faceta con una talla mixta, es decir, en brillante en la corona y escalonada en la parte inferior. Sin embargo, también se utilizan la talla en esmeralda o en escalera.
Los ejemplares que presentan asterismo suelen tallarse en cabujón para sacar el mayor partido a las características ópticas de la gema; esta talla se utiliza también con los ejemplares menos limpios y más ricos en inclusiones, para disimular, al menos parcialmente, estos defectos.
Imitaciones y tratamientos del rubí
Es evidente que una gema de semejante belleza y valor ha desencadenado la búsqueda de posibles imitaciones naturales, así como artificiales, y la creación de auténticas falsificaciones.
Estas imitaciones utilizan piedras de menos valor y también dobletes, tripletes e incluso vidrios coloreados. Las gemas más empleadas para imitar el rubí son todas las que tienen un calor rojo intenso y un brillo vivo, como la almandina y el piropo (dos variedades de granate), la espinela roja, la turmalina roja (la llamada rubelita), el circón y el topacio.
Son muy comunes también los dobletes, obtenidos pegando con una masilla especial ( que, sin embargo, deja a veces pequeñas burbujas de aire atrapadas en su interior, lo cual facilita su reconocimiento) una delgada lámina de granate o de zafiro (de escasa calidad) sobre un vidrio rosa o un rubí sintético. Se suele preferir utilizar zafiro porque, al tratarse del mismo mineral, presenta características análogas.
Corindon de color tenue con un gran proceso de coloracion |
Naturalmente, los vidrios coloreados pueden confundir sólo a los más inexpetos, porque sus propiedades ópticas son claramente deficientes respecto a las de la gema auténtica. Para mejorar las características de las piedras naturales de rubí, que no siempre responden a los cánones gemológicos considerados indispensables, los ejemplares son sometidos con frecuencia a una serie de tratamientos que, por un lado, resaltan algunas de sus propiedades y, por otro, disimulan sus defectos de cristalización.
Uno de los tratamientos más comunes (no considerado por todos una intervención legítima) es el calentamientos de la gema, que de esta forma adopta un color más intenso y mejora su transparencia.
Burbujas de gas detectadas en los rubies sinteticos |
Otro método de imitación relativamente reciente es el de termodifusión, capaz de colorear intensamente corindones casi incoloros bombardeándolos con iones cromo, el elemento que confiere el color rojo al rubí.
Sin embargo, este sistema es muy poco eficaz debido a que el rojo se obtiene no sólo es poco natural, sino que también está más difuso en el exterior de la gema, de modo artificial.
Falsos rubíes
Además de las imitaciones obtenidas con piedras naturales y de las rubíes sintéticos producidos artificialmente, cuya naturaleza se especifica siempre y se reconoce fácilmente, existen en el mercado gemológico numerosas falsificaciones que se venden como gemas auténticas y a veces están muy conseguidas.
Dado que el rubí es una de las piedras más preciadas en el mecado, es inevitable que los estafadores dediquen una atención especial a esta gema. Los <<trucos del oficio>> para engañar a un comprador poco experto (y no sólo a él) son numerosos. Por ejemplo, está muy extendida la práctica de utilizar certificados auténticos de rubíes naturales para etiquetar piezas sintéticas magníficamente realizadas. Otro truco muy común es el de montar la piedra en una joya, para no tener que embalar sellada la gema en un estuche con el certificado obligatorio adjunto.
Otro engaño muy practicado consiste en mezclar piedras naturales con piedras sintéticas. Este procedimientos se emplea a gran escala, mezclando piezas naturales en bruto con rubíes sintéticos, a veces directamente en el material recién extraído de las minas. De hecho, se puede comprar un rubí aparentemente magnífico y de muchos quilates, que no es más que un gran fragmento de corindón debidamente sometido a tratamiento térmico y vendido como piedra natural.
Obviamente, la inmensa mayoría de los comerciantes saben cómo defenderse de la reventa de rubíes falsos, aunque la habilidad de los estafadores consigue introducir en el mercado grandes cantidades de falsificaciones.
Rubíes sintéticos
La belleza de los rubíes ( y su valor) ha inducido a muchos investigadores a buscar un método para producir sintéticamente estas magníficas gemas.
El método más antiguo y probablemente el más conocido y extendido, es el Verneuil, que recibe el nombre de su inventor, un profesor de química aplicada del Museo de Historia Natural de París, que vivió a fines del siglo XIX. El método Verneuil se basa en la fusión y el posterior enfriamiento de cierta cantidad de polvo de óxido de aluminio que se deja cae sobre una llama oxhídrica.
El polvo, al fundir, gotea sobre un soporte de material refractario formado un cristal con forma de pera, llamado boule en francés, muy similar a los cristales.
Puede leer el original en www.forodeminerales.com
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Hola ! Tengo un anillo con una piedra roja ! Cómo sabría detectar si es rubi o no ?algun metido casero por favor ? Gracias
Intenta rayar tu piedra frotándola con un simple cuarzo si se raya no es rubí si no cristal, busca burbujas en su interior colocando una lámpara detrás de la piedra y en las orillas fíjate si tiene rupturas o lascaduras de tenerlas es cristal ya que es muy frágil el cristal y se despostilla fácilmente. Si quieres estar seguro ve antes nacional monte de Piedad …