Un mes más nuestro Monte de Piedad pone a tu disposición un amplio catálogo de joyas actuales y vintage, que puedes consultar aquí, y adquirir en nuestra subasta de mayo. ¿Cómo? Pujando por ellas a través de nuestra web desde ahora y hasta el 16 de mayo, o viniendo a la subasta presencial el miércoles 10 de mayo a las 17:00h en nuestra céntrica sede, próxima a la Puerta del Sol (Plaza de las Descalzas s/n, Madrid).
En nuestro Monte de Piedad, el más antiguo de España, subastamos mes tras mes joyas de todo tipo con un amplia variedad de precios. Pero…, ¿cómo ponemos precio a las piezas? Es decir, ¿Cómo se tasan las joyas? Hemos hablado con María Angeles Pérez Paz, coordinadora de Tasación, que nos ha explicado el laborioso y poco conocido proceso basado en tres elementos fundamentales: el metal, las piedras y el valor histórico de cada pieza.
Antes que nada, las joyas que llegan a nuestro montepío pasan por profesionales y gemólogos que determinan qué tipo de pieza estamos recibiendo. En ellas, lo primero, es detectar si son de oro de 18 o 14 quilates. “Comprobamos el tipo de oro que es y su tipo de ley, y marcamos un precio”, nos cuenta María. Pero a partir de aquí, las cosas se complican.
“Después tenemos que mirar las piedras que lleva cada pieza y según estas tener en cuenta distintos factores que van desde el tipo de brillante hasta la tendencia de la joyería del momento”, nos explica la coordinadora de Tasación. Es decir, que una vez se ha marcado el oro, el siguiente paso es atender al tipo de piedras que lo acompañan. Un proceso que suele dividir las piezas según lleven diamantes, piedras preciosas (como las esmeraldas, los zafiros o los rubíes…) o semipreciosas (como la calcedonia, el cuarzo o el topacio). “Todo esto teniendo en cuenta las tarifas marcadas por el brillante en cuestión, que calculamos con el índice del precio internacional llamado Informe Rapaport”, cuenta María.
Por si fuera poco, María nos explica que “no todas las piezas se tasan de la misma manera, muchas requieren un análisis más exhaustivo”. Se refiere a joyas que aunque no tengan oro de 18 o 14 quilates, tienen otro tipo de valores. “Hablamos de piezas que tienen un valor histórico o que son tendencia”. Una joya del siglo XIX no se puede tasar como una actual, porque hay que tener en cuenta la manufactura, el acabado, la época en la que está hecha o si tiene contrastes -el ‘DNI’ de las joyas-.
“Entonces la valoramos como pieza especial que depende de la demanda del mercado”, describe María. “Nosotros tenemos muy en cuenta las tendencias de la joyería moderna: no está igualmente buscado un pendiente que un alfiler”. Por eso, en Monte de Piedad, María se encarga de que las tasaciones consideren todos estos elementos y sean los más completas y rigurosas posible.
Ahora que ya sabes como se tasa una joya, puedes mirar con otros ojos el catálogo de mayo y pujar por él. ¡Y recuerda, que los beneficios de la subasta se destinan a la labor social y cultural de Fundación Montemadrid!
Puede leer el original en: http://blog.fundacionmontemadrid.es