El mundo está colmado de joyas, pero hay algunas que, a pesar de su valor, guardan excéntricas historias. El próximo 20 de junio la famosa casa de subasta Christie’s iniciará la puja de la icónica Rockefeller Esmeralda, una pieza de 18,04 quilates que conserva una singular memoria.
La gema fue adquirida en 1930 por el multimillonario John D. Rockefeller Jr. La pieza conformaba parte de un broche de Van Cleef & Arpels y que perteneció a la esposa de Rockefeller, la coleccionista de arte Abby Aldrich. Después de su muerte, las joyas del broche se dividieron entre sus cinco hijos y la pieza central (la esmeralda) fue otorgada a David Rockefeller, quien murió a principios de año con 101 años.
La esmeralda de origen colombiano fue ensartada en un anillo de platino flanqueado por diamantes por el conocido joyero Raymond C. Yard. “Debido a su rareza, esta esmeralda es excepcional y posee una combinación inusual de tamaño, procedencia y pureza que contribuyen favorablemente a su alta clase”, reza el comunicado descrito por American Gemological Laboratories.
Se estima que la Rockefeller Esmeralda supere la suma de seis millones de dólares. La esmeralda más cara fue el broche de esmeralda y diamantes de 23,46 quilates de Bulgari, propiedad de Elizabeth Taylor, y se vendió por 6.5 millones de dólares.
Fotografía principal: Forbes
Puede leer el original en: http://www.revistaexclusiva.com