21.Abr.2016

diamantes

Los productores están dedicando millones a mejorar la imagen del diamante natural.

Los principales productores de diamantes sintéticos comienzan a unirse para aunar fuerzas para defender sus intereses, mientras las empresas mineras más poderosas hacen lo propio e inician una campaña de promoción internacional para poner en valor la joyería con diamantes naturales. Dos conceptos ‘químicamente’ iguales, pero comercialmente opuestos que cada día elevan su enfrentamiento.

La guerra ya se ha desatado y el campo de batalla se encuentra en las campañas de promoción, en los medios de comunicación, en los foros, en los establecimientos, en las canteras, en los laboratorios… Y todo apunta a que, por el momento, va a ser un conflicto sin cuartel en pro de la supervivencia de dos formas diferentes de entender la joyeria: diamantes naturales Vssintéticos. Al menos mientras no se encuentren

Más allá de la épica literaria, lo cierto es que las grandes empresas mineras y los productores de diamantes sintéticos están cada vez más enfrentados en el competitivo mercado de la joyería con diamantes. El último conflicto lo pudimos leer en un editorial del empresario Martin Rappaport, que desgranaba toda su artillería en un alegato contra los diamantes sintéticos.

Rappaport pide a Leonardo Di Caprio que abandone su inversión en diamantes sintéticos

El diamantero escribe al conocido actor Leonardo di Caprio una carta en la que muestra su malestar por la inversión millonaria que el actor ha realizado en un laboratorio fabricante de diamantes sintéticos ubicado en California. En su misiva, Rappaport le insta a que lleve a cabo dos acciones: la primera, que deje de invertir su fortuna en la producción de sintéticos alegando que son más ‘éticos’ que los naturales; y la segunda, que utilizase su fama internacional para seguir concienciando al público y a las empresas exportadoras de que aún queda pendiente mucho por hacer para que se elimine definitivamente del mercado los llamados ‘diamantes de sangre’.

Y es que, aunque los conflictos abiertos en algunos de los principales países productores de África mantienen un perfil bajo, o prácticamente han desaparecido ––al menos de la primera línea de los informativos internacionales–– aún sigue existiendo otra forma de violencia en la producción de diamantes, en muchos casos controlada por mafias y grupos armados locales.

Rappaport también dedicaba en su editorial una crítica a los comerciantes que son, en última instancia, los que finalmente tendrán que comprar y ‘prescribir’, los diamantes sintéticos al cliente final. El empresario señalaba la nula validez intrínseca de los diamantes fabricados por el hombre. Esto es, si tenemos en cuenta que la producción no va a hacer más que aumentar, ¿Cómo podremos valorar el diamante sintético? A su juicio, el cliente se sentirá engañado en el futuro puesto que los precios que se pagan hoy ––en torno a un 35%-40% menos que los diamantes naturales–– serán aún menores cuando el mercado esté inundado por este tipo de diamantes de laboratorio.

Otro de los argumentos es la legitimidad que esgrimen los fabricantes de diamantes sintéticos respecto a la ‘ética’ de mercado de este tipo de gemas, y a su nulo efecto medioambiental. Pues bien, desde las empresas mineras el sentir general es que con esos argumentos también se está engañando al cliente final, puesto que, a su juicio, no existe nada más ético que seguir manteniendo un negocio ––el de los naturales–– que sostiene la raquítica economía de siete millones de personas en el mundo, según datos del Consejo Mundial del Diamante.

Para más información consultar articulo original: http://www.goldandtime.org/noticia/81047/distribuidores-y-productores-de-diamantes-naturales-declaran-la-guerra-a-los-sinteticos.html