Art Nouveau. Un término que seguro que conoce y que está en auge en el ámbito de las las artes decorativas y, muy especialmente , en el mundo de la joyería. Si le apasiona seguir las tendencias de la moda, no pierda de vista esta corriente artística «de hoja perenne» que siempre regresa.
La traducción literal de Art Nouveau es «arte nuevo» y hace referencia a un movimiento artístico y estético que surgió a finales del siglo XIX. Su presencia fue intensa en disciplinas como la arquitectura y el diseño, pero la moda ha fijado su atención en esta propuesta más de una vez a lo largo de las últimas décadas.
El Art Nouveau nace y alcanza su esplendor durante la llamada Belle époque, tanto en Europa como Estados Unidos. Francia le dio forma, ya que se acuñó en una exposición realizada en una galería de París llamada ‘La maison de Art Nouveau’. Sin embargo, recibió nombres distintos en otros países; en España, por ejemplo, «Modernismo», o ‘Liberty’, en Inglaterra.
Desde el punto de vista del diseño, el Art Nouveau se caracteriza por composiciones orgánicas, con líneas sinuosas. La inspiración en la naturaleza es una constante, con motivos animales y vegetales, así como el ensalzamiento de la figura femenina. El primer ámbito en cual se aplicó el Art Nouveau fue el de diseño de interiores, extrapolándose desde ahí a muchos otros, como el de la joyería.
El germen de esta corriente radica en poner la belleza al alcance de todas las clases sociales, huyendo, al mismo tiempo, de la producción a gran escala. Como es natural, la joyería encajaba a la perfección en este orden de las cosas. Materiales como el vidrio, el esmalte o las gemas, incluyendo muchas de uso poco frecuente hasta entonces, se ponen al servicio del diseño para convertirse en el soporte físico de las creaciones del artista.
Como hemos comentado con anterioridad, la figura femenina, incluso con cierta debilidad por la femme fatale, ocupa un espacio central en la joyería Art Nouveau.
El amor por los detalles y la manufactura de alta calidad, en combinación con la elegancia y la delicadeza de estas piezas, se traduce en un magnetismo que se prolonga hasta nuestros días y fascina a propios y extraños.
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