Considerado uno de los diamantes más famosos del mundo, el Darya-ye-Noor es la gema más grande y hermosa perteneciente a las joyas de la corona iraní. Su nombre procede del idioma persa y significa mar de luz, río de luz u océano de luz. Se cree que este nombre, probablemente fue dado por los persas luego de que fuese saqueado de la ciudad de Delhi en 1739, junto a otros objetos de valor que también pertenecieron al primer emperador Mogol de la India. Aunque, este diamante se convertiría en una de las gemas favoritas de la realeza iraní, llegando inclusive a ser usado en la decoración de accesorios para eventos de gran relevancia.
Se trata de un diamante de forma rectangular que fue extraido en una de las minas de Golconda en India, lugar donde también se descubrieron muchos diamantes de gran valor como el Hope, el Koh-i-Noor, el Regent o el Wittelsbach; por lo que no es extraño que se describa su pureza y brillo como casi incomparables, pero, entre las características que más destacan del Darya-ye-Noor están su raro color rosa pálido y su peso, que según el Gemological Institute of América, es aproximadamente 186 quilates.
La razón por la cual se desconoce su peso exacto, radica en la dificultad para tomar mediciones directas, pues este diamante fue convertido en una encantadora joya y no puede ser extraído de su montura, sin comprometerla o destruirla. Esta montura que data de mediados del siglo XIX, se compone de un marco de oro rectangular junto a otros 457 diamantes más pequeños, encima de los cuales se encuentra una corona flanqueada por dos leones que tienen cada uno dos ojos de rubíes y llevan cimitarras.
Se cree que junto al diamante Nur-Ul-Ain formaban el legendario diamante Great Table, un ejemplar en bruto de forma cubica con 242 quilates, descrito por el famoso joyero Jean Baptiste Tavernier en 1677, en su libro “Travels in India”. Esta afirmación se produjo luego de un estudio gemológico realizado a las joyas de la corona Irani en 1969, por científicos canadienses, en el que se concluyó que las características físicas de ambos diamantes eran tan idénticas que probablemente formaron parte de la misma gema.
Es así como se explicaría el destino de esta gema perdida, que entre 1791 y 1827 se cree que habría sufrido una división accidental o intencional en dos piezas desiguales. Dando como resultado que después de ser cortadas y pulidas, la pieza más pequeña se convirtió en un diamante oval de aproximadamente 60 quilates, al que bautizaron como Nur-Ul-Ain y el diamante más grande seria llamado desde entonces Darya-ye-Noor.
Actualmente este fabuloso diamante yace junto al resto de las joyas y artefactos que forman la colección de joyas de la corona iraní, en el Museo Nacional de Joyas de Irán, ubicado exactamente en una cámara del Banco Central de este país asiático. Allí bajo imponentes medidas de seguridad, recibe diariamente la visita de cientos de turistas locales y sobre todo extranjeros, que buscan admirar no solo el impresionante tesoro; sino también el fascinante trabajo de los joyeros persas que le dieron vida.
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