Según el Instituto, el instrumento está pensado para los joyeros minoristas y, aunque aún no ha trascendido el precio, la idea es que su coste sea “muy ajustado”, explican desde el GIA. “Una de las mayores preocupaciones actuales es que se puedan vender diamantes no naturales desconociendo su origen, de ahí este nuevo aparato que aporta más confianza a los consumidores” añade la presidenta del GIA, Susan Jacques.