La esencia de los montes de piedad –facilitar el acceso al pequeño crédito con garantía prendaria, joyas sobre todo– no ha cambiado básicamente a lo largo del tiempo pero sí lo han hecho las formas, los servicios añadidos, la tecnología empleada y también la imagen de una actividad secular que dio origen en su día a las cajas de ahorro. Las entidades herederas de los antiguos montepíos se adaptan a su papel contra la exclusión financiera para quienes necesitan con apenas un sencillo trámite de pequeñas cantidades de dinero en efectivo –el préstamo medio ronda los 700 euros– y aportan joyas como garantía. Monte Activo, la nueva marca con la que la Fundación Unicaja ha modernizado el servicio que presta en Andalucía, ha tenido tradicionalmente en Málaga el centro de una actividad cuya referencia fue la antigua Caja de Ronda, la entidad matriz que dio origen al actual banco hace 28 años y que marcó la pauta de las cajas en Málaga desde principios del siglo XX. La reciente incorporación de las oficinas de Monte Activo en Jaén amplía la red con ventanillas abiertas ya en Cádiz, Almería y Málaga en oficinas bajo un concepto más ágil y moderno. Por ellas pasan unos 27.000 clientes a los que se sumaran los 15.000 que aporta Jaén. Monte Activo, donde trabajan en total una docena de tasadores, espera ampliar también el servicio de custodia de joyas que ha existido tradicionalmente y explorar la posibilidad futura de la venta.
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