El anuncio lo ha transmitido el portavoz del Secretario General de Naciones Unidas, Stephane Dujarric, con el argumento de que es necesario “neutralizar a los atacantes, proteger a los civiles y asegurar la llegada de la ayuda humanitaria a la región”, aunque aún no hay una fecha concreta para esta intervención.
Y es que la zona se ha convertido en un polvorín en las últimas semanas. A primeros de este mes, cuatro cascos azules murieron y otros ocho efectivos de la operación de paz de la ONU en la República Centroafricana resultaron heridos en un ataque armado contra la caravana en la que viajaban, precisamente cuando se dirigían a Bangassou.
Cabe recordar que la República de Centroáfrica sufrió un golpe de estado hace tres años cuando la milicia musulmana Sèlèka derrocó al Gobierno y tomó brevemente el poder, enfrentándose a la facción cristiana denominada Anti Balaka. La ONU mandó una misión de paz al país y este es sólo uno más de los constantes episodios de violencia.
Estos grupos armados han venido sembrando el terror en las regiones del país que aún controlan beneficiándose del tráfico ilegal de diamantes y cobrando, mediante «impuestos» o dinero para «protección», a mineros y comerciantes.
El país sufre las sanciones económicas de Naciones Unidas precisamente desde el inicio del conflicto en 2013 y, en teoría, no puede exportar diamantes al mercado internacional.
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