La entidad, integrada ya en la Fundación Montemadrid, cerró el año 2016 con un total de 20.000 operaciones.
En el último año, el Monte de Piedad de Granada ha cambiado de ubicación -en mayo abandonó su histórico emplazamiento en la plaza de Villamena por una oficina en el Triunfo- y de propietario. El pasado mes de octubre la entidad de crédito prendario, fundada en 1740 y germen de la que después sería la Caja General de Ahorros de Granada, pasó a formar parte de la red de la Fundación Montemadrid, que integra también a los montes de piedad de Madrid (el más antiguo de España), Móstoles, Alicante y Córdoba. En esta época de cambios, hay cosas que sí han permanecido inmutables: su plantilla, que sigue contando con los profesionales que antes formaban parte de BMN (y antes de CajaGranada); y su razón de ser. El Monte de Piedad de Granada sigue siendo una opción financiera para quienes no tienen acceso a la financiación tradicional, ofreciendo microcréditos sociales con garantía prendaria para aquellos que lo necesitan.
«El crédito prendario es una opción financiera más que está muy vigente después de 200 años», explica el director de los Montes de Piedad de la Fundación Montemadrid, Santiago Gil, que recuerda que el problema de los montes es que son «muy desconocidos» por el público. Sus bajos intereses -entre el 5 y el 8,25%, en función de la cantidad-, la baja cuantía (la media es de unos 630 euros) y la agilidad del proceso, que normalmente no lleva más de 15 minutos y no requiere más avales que la pieza que se deje en depósito, convierte a este tipo de préstamos en una alternativa «muy útil» para los clientes que por diversos motivos no quieren o no pueden acceder a la financiación bancaria.
La cartera de clientes del Monte de Piedad, que cuenta con más de 9.000 personas, se ha diversificado como consecuencia de la crisis y de la fidelización de clientes que antes no conocían esta opción financiera. El director de los Montes de Piedad de la Fundación Montemadrid, Santiago Gil, apunta que aunque el perfil mayoritario es el de una mujer de 50 años, a la oficina acuden también pymes, autónomos y estudiantes que ven una salida para «momentos puntuales de necesidad».
El Monte de Piedad de Granada ha cerrado el año con un volumen de créditos concedidos de 12,7 millones de euros, derivados de las 20.000 operaciones que se han llevado a cabo. Santiago Gil confirma que estas cifras suponen un decrecimiento de la actividad respecto a los peores años de la crisis, cuando el volumen de los préstamos concedidos llegó a rozar los 17 millones de euros. En 2012, coincidiendo también con un significativo incremento del precio del oro, el Monte de Piedad de Granada llegó a conceder 16,9 millones, duplicando la cifra de 2009, cuando el volumen fue de 8 millones de euros. Ahora que la crisis ha amainado, la actividad de la entidad ha vuelto a la normalidad, y se sitúa en un nivel similar a los de 2010 y 2011.
Santiago Gil y la responsable de la oficina de Granada, María Fresneda, explican que la labor social del Monte de Piedad se deja notar claramente en sus condiciones financieras, que están pensadas para que los clientes «puedan hacer frente al pago del crédito» con facilidad. El 95% de las piezas que se dejan en prenda son recuperadas por los clientes, y sólo un 5% acaban siendo subastadas. De ahí que los préstamos, que se firman por 12 meses pero que pueden ser cancelados en cualquier momento sin penalizaciones, sean prorrogables indefinidamente. En caso de que el bien se subasta, además, «el cliente queda liberado para siempre de cualquier deuda», recibiendo además el sobrante en el caso de que el valor de subasta supere al del crédito concedido.
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