20.Nov.2017

 

Si viajas a Praga, es una visita obligada. El reloj astronómico de la ciudad es una de las principales atracciones turísticas detrás y no es para menos. Tiene una historia (y leyenda) fascinante que bien podría dar para una novela o una película. Fue puesto en marcha en 1410 por Jan Ruze y desde entonces ha estado marcando la hora durante 605 años.

Su historia, como decía, tiene muchos detalles increíbles: cegaron al maestro constructor para que no pudiera volver a crear un reloj así, hay quienes creen que se trata de un amuleto que mantiene a salvo la ciudad… Hoy dejamos todo eso aparcado para centrarnos en su funcionamiento porque pasan los años y esta pieza de tecnología sigue siendo fascinante para cualquier amante de los relojes y los sistemas analógicos.

Un reloj capaz de mostrar el tiempo de muchas formas

El reloj astronómico de Praga tiene el diseño de un astrolabio y en su diseño de tres partes es capaz de marcar cinco momentos del tiempo al mismo tiempo. En la parte superior, entre dos persianas, tenemos un teatro de marionetas con doce apóstoles. Cada uno de ellos sale cada 60 minutos para indicar qué hora es. Las figuras son más modernas que el reloj y datan del siglo XIX.

En la parte inferior tenemos un calendario con ilustraciones de los meses y las estaciones indicando además cuál es el santo de cada día del año. Ambas partes son preciosas y tienen un interés artístico muy grande pero la joya de este reloj se encuentra en el cuerpo central. La pieza diseñada originalmente en 1410.

Este reloj es capaz de indicar la hora de cinco formas diferentes y su sistema de piezas mecánico es uno de los más curiosos. Por un lado tenemos el sol dorado que se mueve alrededor del círculo zodiacal haciendo un movimiento elíptico. Esta pieza es capaz de mostrarnos tres horas al mismo tiempo: la posición de la mano dorada en los números romanos indica la hora en Praga. Cuando la mano pasa por las líneas doradas indica las horas en forma de horas de desiguales y por último en el anillo exterior señala las horas después del amanecer según la hora de Bohemia.

 

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Esta es la esfera interior del reloj. Se puede apreciar la separación en doce horas en el interior y también en el exterior. La aguja además se compone de dos manos: la exterior y a la interior.

En segundo lugar es capaz de señalar el tiempo entre el amanecer y el atardecer en un sistema dividido en doce «horas». Este sistema se encuentra en la distancia que hay entre el Sol y el centro de la esfera. La medición varía según el tiempo del año porque los días no son doce horas de luz y doce de noche. En verano los primeros son más largos mientras que en invierno ocurre al contrario. Por eso las comillas para hablar de horas en esta pieza del reloj central.

En tercer lugar, en el borde exterior del reloj, tenemos los números escritos con la tipografía schwabacher en color dorado y son responsables de indicar las horas como se hacía en Bohemia y empieza a marcar a la 1 del anochecer. Los anillos se van moviendo a lo largo del año para que coincidan con el tiempo solar.

Luego tenemos el anillo zodiacal que se encarga de indicar la localización del sol en la eclíptica, la línea curva por donde se «desplaza» la Tierra alrededor del Sol. Si sois aficionados al zodiaco veréis que los signos están en orden inverso a las agujas del reloj pero esta disposición tiene una razón.

 

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Este es el anillo zodiacal cuyo orden se explica en la utilización del Polo Norte como base del plano elíptico. Es muy común en relojes astronómicos. Atencín también a esa segunda aguja con una estrella en la punta. Su movimiento depende del disco que mueve el anillo zodiacal.

El orden de este anillo se debe al uso de una proyección estereográfica del plano eclíptico donde se usa el Polo Norte como base. Puede parecer extraña pero esta disposición está en otros relojes astronómicos también.

Por último tenemos una esfera lunar que muestra las fases de nuestro satélite natural. El movimiento es parecido al reloj principal pero es mucho más rápido. Como veis, todo el protagonismo de este reloj astronómico está en este cuerpo central y no, todavía no hemos acabado porque hay unas cuantas singularidades más.

 

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Aquí tenéis el reloj completo en movimiento.

El reloj se compone de un disco estacionario en el centro y dos discos rotatorios que funcionan con independencia: el anillo zodiacal y el borde exterior con escrito con tipografía schwabacher. A su vez, tiene tres agujas: la mano, el sol que se mueve por ella de arriba a abajo que actúa como segunda mano y en tercer lugar una con punta de estrella que está conectada al anillo zodiacal.

Un sistema en apariencia sencillo pero que en su día fue todo un prodigio técnico. Por último cabe destacar que el sistema mecánico es tan lento que resulta imposible apreciar con el ojo el movimiento de las partes en tiempo real. Por fortuna existen modelos computacionales como este o incluso un documento en Excel donde podemos hacer diferentes pruebas para ver mejor cómo se mueve y funciona uno de los relojes más antiguos y fascinantes de Europa.

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