La joyería es una de las industrias que más fraudes sufre en el comercio online por parte de los estafadores, a nivel global. Según el estudio de una firma de seguridad en internet llamada Signifyd, las operaciones irregulares se han incrementado un 13,3% tan sólo en el primer trimestre de 2017.
El informe muestra los tres tipos más comunes de operaciones fraudulentas a través de la red: La primera se conoce como ‘fraude amigo’ y consiste en que el cliente efectúa el pago desde su propia tarjeta pero posteriormente lo anula tras recibir el producto, negándose a devolverlo.
Otro de los casos comunes es la suplantación de identidad, que se lleva a cabo cuando el estafador se hace con los datos bancarios de otra persona y realiza operaciones desde esa cuenta. Finalmente se encontrarían las compras con tarjetas bancarias robadas o duplicadas.
El análisis de esta firma norteamericana recoge los datos de 5.000 empresas (grandes, medianas y pequeñas) de todo el mundo que operan habitualmente en la red y que se han encontrado con toda clase de incidencias a la hora de recibir los pagos después de haber enviado el producto.
Uno de los datos que más llama la atención es que, mientras la mayoría de sectores (cosmética, textiles, artículos deportivos, alcohol, electrónica…) han reducido de media estos fraudes en un 35% durante el último año, las compras irregulares de joyas y metales preciosos (monedas y lingotes) se incrementaron un 11,8% en el mismo periodo.
“La joyería y los metales son los ‘favoritos’ para los defraudadores” explican desde Signifyd “porque se trata de productos que tienen una mejor una salida en el mercado negro”, añaden. Según las cifras de esta firma la cantidad media estafada en cada transacción irregular supera los 500 dólares.
Entre los argumentos para explicar el porqué de este incremento se encontraría la propia idiosincrasia del sector. A la facilidad para vender estos productos en el mercado negro al que se refería Signifyd, se sumaría la intensa competencia entre las firmas joyeras por los clientes de alto poder adquisitivo.
Esto se traduce en que las empresas joyeras son más reacias a compartir información con firmas especializadas en seguridad online que les permitan implantar sistemas avanzados de detección y protección contra el fraude, concluye el informe.