Ninguna institución cumple trescientos años por casualidad. Quienes vaticinaban que los montes de piedad -el primero apareció en Madrid, en 1702, pero tienen su origen en la Italia de 1462- desaparecerían tras el auge que experimentaron durante los años más duros de la crisis se equivocaban. Con la recuperación del pulso económico han moderado su actividad, sí. Y algunos, como el de Liberbank, cuyos orígenes se remontan a 1880, han abandonado los canales tradicionales. Pero su intención es adaptarse a los nuevos tiempos y mantener un servicio que, defienden, nació «para combatir los abusos de los usureros y en defensa de las clases sociales más desfavorecidas». Para ello, han dado el salto a internet. En Oviedo, ya no hay salas llenas de postores ni mazos para escenificar la adjudicación de los lotes subastados. Las operaciones se realizan en la red.
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